Guaqui: Museo Etnográfico y del Ferrocarril.

Guaqui es una ciudad que se encuentra en las orillas del lago Titicaca. Merece la pena hacer un alto en el camino y visitar su Museo Etnográfico donde uno se da cuenta de la gran variedad cultural que ofrece Bolivia. Está repleto de máscaras y de trajes tradicionales de la región del Altiplano.

Al lado está el Museo del Ferrocarril, allí puedes admirar antiguas locomotoras y vagones del siglo pasado en perfecto estado de conservación. A veces los emplean para rodar películas. Las máquinas más famosas son el IIlimani y la Hualaycha.

Copacabana

Todo el mundo cuando escucha el nombre de Copacabana lo asocia a la famosa playa de Río de Janeiro (Brasil). La playa carioca tomó el nombre del Santuario de la Virgen de Copacabana que está en Bolivia.

Para llegar hasta allí la carreterra se interrumpe en el estrecho de Tiquina (780 m) y en ese punto los vehículos son subidos a unas balsas para poder llegar hasta la otra orilla sin tener que dar un gran rodeo al lago.

El lago Titicaca es uno de los centros espirituales más trascendentales de la región andina desde tiempos inmemoriales. Según las antiguas leyendas, el dios Inti decidió tener dos hijos que envió a la Isla del Sol para que civilizaran a los seres humanos. Se llamaban Manco Capac y Mama Ocllo. El primero enseñó a los hombres a cultivar la tierra, la segunda se ocupó de las mujeres e hizo de ellas unas buenas esposas y diestras artesanas. Inti estaba contento de la labor de sus hijos por lo que les encargó que buscara un lugar adecuado y feraz para que allí fundasen una metrópoli que fuera el origen de un imperio. Manco Capac y Mama Ocllo saliefon a buscar ese lugar y lo encontraron en la ciudad de Cuzco, que se convirtió en la capital de la cultura inca.

Otras leyendas anteriores a la civilización inca refieren que los astros subieron al firmamento desde lo más profundo del lago Titicaca. Por eso, no es extraño que en un lugar tan reducido, como es este par de islas, haya tantos restos arqueológicos.

Copacabana es una de las principales ciudades ribereñas del lago Titicaca y un centro de peregrinación importante de Sudamérica. Siempre hay cientos de coches que vienen incluso desde Perú, Chile y Brasil para ser bendecidos por la Virgen de Copacabana. Es una ciudad muy conocida por su patrimonio cultural. Actualmente recibe a bastantes turistas y atrae a muchos mochileros desde todos los puntos del mundo. Por eso nos fue complicado encontrar comida tradicional boliviana entre tanta oferta de pizzas, lasañas y sandwiches.

Su nombre es un producto del sincretismo religioso. Antes de la llegada de los españoles se llamaba Copakawana que era la diosa andina de la fecundidad, similar a la diosa greco-romana Venus/Afrodita. Los españoles erigieron una basílica católica en el lugar donde se encontraba el templo precolombino.

Desde Copacabana tomamos un barco para dirigirnos a la Isla del Sol.

Isla del Sol

Es la isla más grande del lago. Su nombre inicial era isla Titikaka y dio su nombre al lago, que significa “Puma de Piedra”.

En los tiempos de los incas había un templo con vírgenes consagradas al dios Inti, o dios Sol.

Es un lugar ideal para hacer senderismo y visitar numerosos lugares arqueológicos como la Roca Sagrada de los incas, desde donde salieron Manco Capac y Mama Ocllo para fundar la ciudad de Cuzco.

Dormimos en la Comunidad Yumani, en una casa de turismo rural.

El atardecer fue espectacular, el sol se escondió detrás de los imponentes Andes y fue sustituido por una hermosa luna que se colocó precisamente sobre la Isla de la Luna. Intenté hacer una foto y casi me muero por culpa de la hipotermia. Me encontraba bien mientras montaba el trípode, ajustaba el diafragma, la velocidad del obturador, etc. Pero cuando quise disparar el dedo se negó a obedecer. Todo mi cuerpo tiritaba, los dientes rechinaban y era incapaz de apretar el botón de la cámara.

Es increíble lo rápido que bajan las temperaturas en lel Altiplano Andino. Me tuve que meter en la cama con urgencia, completamente vestido bajo una montaña de mantas y abrigos. No recuperé la temperatura corporal hasta varias horas después.

Al día siguiente, Pablo el guía local, nos llevó a visitar la escalinata de Yumani con la Fuente de las Tres Aguas, que data de la época inca. Luego nos recogió un barco para llevarnos a la comunidad Challapampa donde visitamos el Museo de Oro de la Ciudad Sumergida Marka Pampa. Desde allí hicimos senderismo siguiendo el itinerario Pacha Thakhi que en lengua inca significa “Sendero del Tiempo y de la Tierra”. Visitamos la Chinkana o Laberinto. Aquí vivían los sacerdotes que adoraban al sol. Las vistas son espléndidas y abajo se encuentra una playa preciosa, la playa de las Sirenas. Muy cerca está la Roca Sagrada. En una cala cercana nos estaba esperando el barquero que antes de llevarnos de regreso a Copacabana se detuvo en las ruinas del Palacio de Pilkokaina, que significa “lugar donde descansa el Ave”. El Ave era el Inca y para él se le construyó esta espléndida morada. Como puedes ver, la isla está repleta de lugares históricos que nos permiten evocar una grandiosa civilización.

La Isla de la Luna se encuentra cerca, la puedes observar en algunas fotos. También se trata de otro lugar sagrado y su culto estaba dedicado a Mama Killa que era como los quechuas llamaban a la luna. Allí se encuentra el Templo de la Luna o Inakullu donde se celebraban numerosas ceremonias, la más importante era Cuya Raymi Killa, durante el equinoccio de la primavera.

Este lugar también servía para educar a las mujeres más nobles y para formar a las sacerdotisas incas. Hay investigadores que sostienen que otro uso del templo era purificar a las doncellas que iban a ser destinadas a los sacrificios humanos.

Antes de abandonar el lago, visitamos a uno de los pocos maestros artesanos que quedan en la zona que fabrican de modo tradicional barcos de totora. Son familias en las que trabajan juntos abuelos, padres y nietos. La totora es una planta acuática que crece en las orillas del lago Titicaca. Sus fibras permiten hacer grandes naves que resisten todos los embates de la naturaleza.

Actualmente quedan dos familias, los Limachi y los Esteban. Ambas trabajan para diferentes proyectos que tratan de demostrar que las culturas precolombinas pudieron atravesar el océano Pacífico en estas embarcaciones.

El pasado mes de marzo se botó el “Viracocha III”, de 20 metros de largo, que zarpó del puerto chileno de Arica con dirección a Australia. Pretende recorrer más de 18.000 km por el océano Pacífico.

No es el primer viaje de estas características. En 1947 el noruego Thor Heyerdahl viajó desde Perú hasta la Polinesia. Y en 1999 el español Kitín Muñoz atravesó el Pacífico.

En la próxima publicación te mostraré el Salar de Uyuni.